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domingo, 28 de noviembre de 2010

TERCER CENTENARIO DE LA PLAZA DE TOROS DE BÉJAR.

ACTO TAURINO EN LA FERIA DE TURISMO VALLADOLID 2010.
Por LUIS ALONSO HERNÁNDEZ. Veterinario y escritor.

Invitado por el Alcalde D. Cipriano González Hernández, asistimos en el Stand del Patronato Provincial de Turismo del INTUR, a la presentación del Programa de Actos a celebrar en él III Centenario de la Plaza de Toros de Béjar.
INTUR es un escaparate perfecto para dar a conocer los productos que cada provincia española pone al alcance del resto de usuarios.
Los mandatarios lo saben y por ello a través de sus Diputaciones provinciales gestionan los stands donde exponer sus productos turisticos. 
Asistencia masiva de aficionados a la Fiesta de los toros que hicieron pequeña la trastienda del Stand de Salamanca.
Media docena de capas españolas confeccionadas con el paño de Béjar portadas tanto por mujeres como por hombres, dieron realce al evento. 
Presentó el acto Dª Concha Pérez Escamilla (Concejala de Turismo del Excelentísimo Ayuntamiento bejarano), quien "vendió" en esta feria vallisoletana la industria y recursos de Béjar, hablándonos de los paños, de la estación de esquí con sus más de 100.000 visitantes y de la campiña bejarana ideal para el senderismo por sus incomparables paisajes que podía terminar en cualquiera de los numerosos y excelentes restaurantes de rica gastronomía con los que cuenta su ciudad.
Nos habló de la cámara digital instalada en la torre del Palacio Ducal que proyecta magníficas vistas. Del Museo Mateo Hernández y de sus obras escultóricas, algunas de las cuales han rebasado nuestras fronteras para ir a Nueva York y otras se exhiben en el Reina Sofía.
Y no olvidó a la plaza de toros de “La Ancianita” como monumento más visitado.
Tras su intervención, dio paso a D.Ignacio Ramón García, veterinario que disertó con profusión de datos y conocimiento, de la historia de “La Ancianita” mientras se iban proyectando de forma secuencial fotografías diversas del ruedo y de los alrededores de la plaza, realizadas por Wolfgang Nunke, y dibujos realizados a lápiz..
Finalizó con la relación de los encastes que fueron lidiadas en esta Tricentenaria plaza, pasando por la nominación de los diestros antiguos y modernos que torearon en este ruedo.
D. José Álvarez-Monteserín, como alma de la Asociación de Amigos de la Plaza de Toros de Béjar, en su intervención, dio una amplia descripción de los actos a desarrollar con motivo de la celebración del III Aniversario durante el año que finiquita y el nuevo 2011.
Las XI Jornadas Culturales Taurinas celebradas durante este año 2010 contará con:
Una conferencia sobre tema taurino a cargo de D. Andrés Sánchez Palacios, una presentación del libro “Andanzas y visiones taurinas” en su volumen II y de la Agenda Taurina Internacional.
Una Gala Bejarana del Toreo con entrega de trofeos a los toreros triunfadores en Béjar y a las empresas y aficionados que se hayan significado en la Fiesta de Toros.
En el año 2011 se presentará el Logotipo del III Centenario de la Plaza de Toros de Béjar. Se editará un décimo de Lotería en el mes de Agosto, un cupón de la ONCE en el mes de septiembre y un sello de correos.
Habrá Exposiciones de pintura taurina en los meses de enero y febrero.
En el mes de marzo se celebrará el Congreso Internacional de Veterinaria Taurina.
Como puede verse un ambicioso proyecto cuya Inauguración tendrá lugar por un miembro de la familia Real.¿Madrinazgo de la Infanta Elena?
A continuación tomo la palabra la Presidenta de la Diputación de Salamanca. Doña Isabel Jiménez García manifestó sentirse muy orgullosa de que Béjar venga a presentar su programa de Actos al Patronato Provincial de Turismo del Intur de Valladolid.
Confirmó la presencia de La Diputación salmantina en la celebración de los 300 años de “La Ancianita” precisamente ahora en que se está cuestionando la pervivencia de la Fiesta más Nacional.
Y cerró el acto presentación, el Alcalde de Béjar D. Cipriano González Hernández que, tras agradecer la presencia de cuantos acudimos, vendió también su ciudad y glosó las enormes posibilidades que la industriosa Béjar tiene fuera de la industria de los paños.
Instó a todos los bejaranos para que aporten sus ideas en el proyecto de hacer de Béjar una ciudad aún más grande e interesante.
Se siente orgulloso de sus monumentos, de los montes que rodean a su ciudad, y cómo no de su plaza de toros que ha sido declarada como monumento BIC por la Junta de Castilla y León gracias a la árdua labor de la Asociación de Amigos de la Plaza de Toros de Béjar.
Finalizado el acto, se obsequió a los asistentes con la degustación de un excelente jamón regado con vino amenizada por el dulzainero y rondalla vestida con los trajes charros típicos de la comarca salmantina.
Una jornada más de convivencia de los taurinos tan necesaria para reivindicar nuestra afición dimanada de una tradición cultural.

martes, 23 de noviembre de 2010

LO QUE NOS QUEDARÁ POR VER A LOS TAURINOS.

LO QUE NOS QUEDARÁ POR VER A LOS TAURINOS.
Por LUIS ALONSO HERNÁNDEZ. Veterinario y escritor.
Nuestras plazas de toros habían cobijado espectáculos de todo tipo muy diferentes del fin primordial. Desde circos hasta veladas de boxeo, pasando por festivales de cante diverso y hasta saltos de motos, pero nunca vimos un coso taurino convertido en cocedero gigante de mariscos aptos para la degustación inmediata.
Pero como los “tiempos adelantan que es una barbaridad” como rezaba la canción de la zarzuela “La Verbena de la Paloma”, todavía está por ver las sorpresas que la evolución de esta loca sociedad nos pueda deparar.
En nuestro paseo diario por las amplias aceras del Paseo de Zorrilla llegamos a la plaza de Toros de Valladolid. Nos llamó  la atención que la puerta de acceso número 3 se hubiera convertido en una llamativa entrada donde los carteles no contenían motivos taurinos sino otros correspondientes a otro sector, también económicamente potente, como es el marisquero.
De siempre se ha dicho que “el hambre agudiza el ingenio” y, en estos momentos de crisis, los sectores económicamente fuertes (por no estar al alcance de cualquier economía) han de ponerse a la altura de las circunstancias para poder sobrevivir.
En el caso que trato, el sector taurino ha puesto el lugar donde celebra sus corridas al servicio de otro sector que trata de poner en contacto su motor económico con la gran masa para,  mediante un consumo masivo, abaratar sus precios y dar salida a los productos perecederos.
Es una forma de simbiosis donde el empresario taurino palia en cierta medida las pérdidas ocasionadas por una temporada mediocre en asistencia de público, dando utilidad al tiempo muerto de actividad de su coso al solucionar el alojamiento puntual al sector marisquero.
Una enorme carpa ocupa casi todo el ruedo, y su interior perfectamente acondicionado, alberga una colosal marisquería donde en mostradores específicos se pueden adquirir, al peso, las cantidades de mariscos que cada estómago, acorde con las posibilidades económicas de su dueño, sea capaz de albergar.
Unas mesas interminablemente largas de madera perfectamente tratada y barnizada con sus correspondientes bancos, serán asiento final de los platos para su degustación.
No es necesario desplazarse a Coruña para poder degustar a precios razonables el inmenso tesoro de esos mares septentrionales. ¡Galicia ha venido a Valladolid! como otras veces lo ha hecho a otras provincias del interior peninsular para ofrecernos sus mariscos y sus caldos como si de los aledaños de la plaza de María Pita se tratase.
Se ha utilizado la puerta 3. La que está a la izquierda de la estatua erigida en memoria de Fernando Domínguez apoyado en un burladero. La que durante años hemos visto dos veces diarias en nuestro ir y venir de nuestro trabajo camino de casa y cuando de manera intuitiva recitábamos los versos de Rafael Duyos titulados “Toros junto al Pisuerga”.
Una vez dentro del corredor que conduce a las escaleras de los vomitorios, de manera programada te llevan hacia la puerta que desde el antiguo patio de caballos (mutilado en su día para construcción de pisos de lujo cuando el boom constructivo) accede directamente al interior de la carpa.
¡Precios competitivos de los que el empresario taurino debería tomar buena nota para abaratar el precio de las entradas en la próxima temporada!
Mientras degustaba unas cigalas a la plancha, me sentí un poco sacrílego por el lugar donde las estaba consumiendo cuando en otros tiempos en que pude pisarle, durante mi etapa de veterinario componente de uno de los equipos de reconocimiento de esta bendita plaza de toros del paseo de Zorrilla, me limite a ver el ruedo pero nunca tuve la osadía de pisar.

sábado, 20 de noviembre de 2010

LO QUE HAY DETRAS DE LAS BAMBALINAS EN UNA CORRIDA DE TOROS.

LO QUE HAY DETRÁS DE LAS BAMBALINAS EN UNA CORRIDA DE TOROS.
Por LUIS ALONSO HERNÁNDEZ. Veterinario y escritor.
Les voy a contar a ustedes lo que se “cuece” detrás de las “bambalinas” en una corrida cualquiera de las que se celebran en la plaza de toros de Medina del Campo, en la que, cómo les relaté en el artículo anterior, permanecí, hasta mi jubilación, como componente de equipo veterinario de reconocimiento de toros
Los espectadores que acuden a una corrida de toros, presencian el paseíllo, la salida –según turno- de los toros, los tres tercios de la lidia de los mismos, y el triunfo, fracaso, salida a hombros o en manos de las asistencias, del diestro.
Luego…la frase tan manida de “¿Dónde vais?”, a la que contestan con la euforia, las ganas, la ilusión y la presunción de que todo saldrá bien: ¡A LOS TOROS! Después, cada vez más generalizado, la nueva frase de: ¿De donde venís? ,sudados, cansados por el aburrimiento y el tedio, “guarnios” por la dureza de la piedra sobre las “posaderas” y por la presión constante de las rodillas del espectador de detrás sobre su espaldas, acordándose del dinero de las entradas y ahora suelen decir con desgana y con voz que casi no les sale del cuello de la camisa:… “De… los… toros”.
Pero para que el espectáculo se celebre, antes hay que realizar un trabajo minucioso y preciso (al estar sujeto a Reglamento) por parte de unos profesionales que no solo se juegan su prestigio sino que, algunos, han de rendir cuentas de su actuación ante las altas esferas que rigen los designios tanto provinciales como nacionales.
De ahí que lo primero que han de hacer el Delegado Gubernativo y el Veterinario de Servicio, en presencia del Representante de la Empresa, es desprecintar el camión en que los toros han sido trasladados desde la finca donde se han criado hasta la entrada de la manga que conduce a los corrales de la plaza donde serán lidiados. Precinto que debería ser garante de que los toros han salido de la finca como “su madre les parió” para lo cual el embarque debería ser presenciado por aquellos agentes que la autoridad gubernativa en aplicación del punto 1, del Artículo 49 y, dando cumplimiento al punto 3 del mismo Artículo, presenciaran el precintado de los cajones.
Y después de realizar el desprecintado de los cajones de transporte, se procede al desencajonamiento –con la presencia de las mismas personas garantes del desprecintado a las que se unirá el ganadero o representante- de los toros, quienes a través de la manga llegarán a los corrales de reposo, donde tras descansar de los inconvenientes sufridos en el transporte, se tranquilizarán durante la tarde-noche en espera de pasar al mediodía siguiente a los corrales de reconocimiento en espera de sufrir el Primer Reconocimiento que reglamentariamente ha de hacerse con una antelación mínima de veinticuatro horas con respecto a la hora anunciada para el comienzo del espectáculo.
Es el momento en que se entregará al delegado Gubernativo y al Veterinario, la Guía de Origen y Sanidad y los Certificados de Identificación de los toros, expedidos por el Libro Genealógico de la Raza Bovina de Lidia.
Al tiempo el delegado Gubernativo levantará un acta del desembarque en el que hará constar el estado de los precintos de los cajones de transporte y el peso de cada res (en las plazas dotadas de báscula por reglamento) en la que se hará constar: el número, nombre, edad, peso, capa, y ganadería de procedencia. Acta que será firmada por: El Representante de la Empresa, Representante del Ganadero, Veterinario de Servicio y el Delegado Gubernativo, al tiempo que dispondrá la vigilancia permanente de las reses.
Primer reconocimiento:
En el corral de reconocimiento los toros componentes de la corrida van entrando uno a uno, y allí desde una galería, a la atura del suelo del corral, que consta de unos arcos de medio punto, los veterinarios y presidente de la corrida van observando los movimientos, ojos, testículos, articulaciones, pelo, comportamiento, astas etc, con la finalidad de desechar aquellos astados que no sean aptos para la lidia. Es así como se cumplimentan los Artículos 48 y 53.
Cómo nuestra plaza es de 3ª, se reconocerán los toros necesarios hasta completar siete toros útiles, uno de los cuales hará de sobrero. Toros que deberán tener un peso mínimo de 410 kilos al arrastre o su equivalente a 258 kilos en canal.
Las personas que normalmente ocupan la galería de reconocimiento son: Presidente del festejo, delegado gubernativo y los tres veterinarios componentes del equipo veterinario para corridas de toros y novillas picadas, puesto que en el caso de novillada de rejones son dos los veterinarios nombrados.
Pero reglamentariamente también podrán asistir: el empresario, el ganadero o sus representantes (en número máximo de dos) quienes podrán estar asistidos de un veterinario de libre designación. También pueden estar presentes: los espadas o rejoneadores anunciados, o en su defecto, representados por sus apoderados o por cualquier miembro de su cuadrilla.
Y como a los elaboradores del último Reglamento, les debió parecer “poca gente” aún, también llevan a los corrales de reconocimiento a través del Artículo 33, punto 8º, a los espectadores a través de sus representantes, en número de dos, que suelen ser miembros de las Federaciones Taurinas Provinciales.
En los reconocimientos es absolutamente necesario estar en silencio y sin moverse para que los toros no se calienten y embistan contra las paredes de la galería, ya que de hacerlo se deteriorarían sus astas lo que conllevaría la inutilidad para la lidia.
Cumplir la importante premisa anterior es difícil con “tanta gente” como el Reglamento permite asistir al reconocimiento, dado que allí todo el mundo opina –sin tener que opinar- y, a la larga, vienen problemas que por la coacción empañan la rectitud del reconocimiento, debido a tantos intereses creados como hay en toda “esta gente” que se tilda de profesionales del mundo del toro.
Al día siguiente que, es el día de la celebración de la corrida, a eso de las 12,00 de la mañana se efectúa el Segundo y definitivo Reconocimiento, finalizado el cual, los veterinarios confeccionan los informes correspondientes que unidos a los del primero entregarán al Presidente del festejo.
Tras leer en común los tres informes que los veterinarios han hecho por separado, se verá si están de acuerdo en sus apreciaciones o por el contrario hay discrepancias de criterio, en cuyo caso se discutirá las razones de la no utilidad de utilidad de algún astado.
En nuestro caso trabajábamos en equipo y las irregularidades observadas en cualquier animal las hablábamos en la misma galería de reconocimiento con la finalidad de matizar detenidamente e “in situ” lo censurable y evitar más dificultades a las que ya entraña un reconocimiento de animales irascibles, por bravos. Se cumple el punto 3 del Artículo 55.
No obstante quien tiene el poder decisorio es el Presidente del festejo, pues los veterinarios limitan su misión a entregar sus informes por escrito, rellenando el epígrafe de Observaciones donde harán constar las causas de la inutilidad del animal rechazado en cumplimiento del punto 5 del Artículo 55.
Finalmente, de resultar todos los siete toros útiles, se pasa a la fase de enlotado para posteriormente proceder al sorteo de los mismos y ver a que matador toca cada lote.
Se les ve a los toros tan cerca que es prácticamente imposible que algo se escape a los ojos expertos de tres facultativos que hacen los reconocimientos en la plaza de nuestra ciudad. Además cada facultativo se ocupa de una parcela importante: uno de ellos es el oftalmólogo, especialista que para ver mejor cualquier opacidad de cornea del ojo a examinar se auxilia de unos primáticos que ponen el ojo al “alcance de la mano”; otro se ocupa de la cuestión astas, y el tercero de lo referente a claudicaciones. Y los tres de todo, al final del reconocimiento especial.
Todos los músculos, articulaciones, cornamentas pulidas para rejones, testículos, heridas, números de identificación, guarismo, hierro de ganadería, etc, etc, pueden verse con relativa facilidad cuando se está acostumbrado a realizar reconocimientos de toros de lidia, pues se está muy cerca de los astados en la galería de reconocimientos de Medina del Campo.
El enlotado suelen hacerlo los banderilleros que actúan como peones de confianza de cada matador. Tratan de que estos lotes resulten lo más igualado posible, tanto en “trapío” cómo en ofensividad. El más grande, con el más pequeño, y el de más pitones con el menos ofensivo. Luego a utilizar los papelillos de fumar donde se han apuntado los números de los lotes, para hacer las bolitas a introducir en el sombrero donde una mano inocente será la encargada de repartir suerte a los matadores.
Para evitar suspicacias en cuanto a la consistencia de las bolitas de papel de fumar, en nuestra plaza se utilizan como albergue de las de papel de fumar, las tres bolitas de acero atornilladas en dos semicircunferencias, que año tras año se encarga de traer el amigo José Luis García presidente de la plaza de toros de Segovia. ¡Es la seguridad de un verdadero sorteo, sin “trampa ni cartón”!
Seguidamente se levantan unas actas cuyo formato en el caso de una corrida de rejones es el siguiente:
PLAZA DE TOROS DE MEDINA DEL CAMPO.
Espectáculo taurino.- CORRIDA DE REJONES.
Día.- 2 de septiembre del año 2000.
AUTORIDADES DEL ESPECTÁCULO.
Presidente.- D. JESÚS RAMÓN RODRÍGUEZ GALVÁN.
Delegado Gubernativo.- D. CARMELO IZQUIERDO GUTIÉRREZ.
Asesor Técnico Artístico.- D. JESÚS MATILLA GAGO.
VETERINARIOS.
D. ÁNGEL ÁLVAREZ DEL AMO.
D. LUIS ALONSO HERNÁNDEZ.
RESEÑA Y ORDEN DE LIDIA DE LOS NOVILLOS.
Orden Nombre Nº Edad Capa Ganadería
1º Chalequero 26 3 años Negro Julio Jiménez Martín
2º Chaquetero 15 “ Negro-bragado “
3º Azulejo 38 “ Negro “
4º Gaviola 39 “ Negro “
5º Gazapo 24 “ Negro-entrepelado “
6º Anodino 41 “ Burraco “
Sobrero Borracho 27 “ Negro- entrepelado “

COMPOSICIÓN DE CUADRILLAS:
Rejoneador: JOAO MOURA.
Banderilleros:
José Francisco Serrano Franco.
Hermenegildo Alcazar Capuchino.
Antonio Francisco Branco Carvalho.
Rejoneador: SERGIO VEGAS GIL.
Banderilleros:
José Rubén Andrés Rodríguez.
Domingo Siro Mateos
Julián Hernández Rodríguez.
Rejoneador: DIEGO A.E SANTOS VENTURA.
Banderilleros:
Enrique Muñoz Falcón.
Manuel Campos Guareña.
Juan Bautista Martín Soto.
Acta que se pondrá en lugares visibles de la plaza (normalmente cerca de las taquillas y en las puertas de la entrada al patio de caballos) para que los espectadores puedan ver como ha quedado configurado de manera definitiva el festejo.
Ya que los espectadores tienen una serie de derechos tales cómo la “devolución del importe del billete en los casos de suspensión o aplazamiento del espectáculo o de modificación del cartel anunciado. A estos efectos se entenderá modificado el cartel cuando se produzca la sustitución de alguno o algunos de los espadas anunciados o se sustituya la ganadería o la mitad de las reses anunciadas por la de otra u otras distintas” según el punto 3 del Artículo 33.
Y tras examinar que la puerta de chiqueros está perfectamente cerrada, así como todas las puertas de acceso a los mismos, que la vigilancia de chiqueros por parte de los representantes de la autoridad está en perfecto orden, guardará dichas llaves hasta el momento del comienzo del festejo.
Ahora procederá a inspeccionar, junto con el representante de la empresa y los matadores o sus representantes, si lo desean, el estado del piso del ruedo, atendiendo a las sugerencias que se le planteen tendentes a subsanar las irregularidades observadas. También inspeccionará el estado de barrera, burladeros y portones.
Seguidamente inspeccionará cuatro pares de banderillas más dos pares de banderillas negras por cada res a lidiar, que el empresario presentará para su inspección, junto con las puyas y los petos de los caballos de picar correspondientes. Tras cuyo examen procederá a su precintado y sellado.
Y acabado con todas estas “pejigueras” ya que no sería necesario tener que realizarlas en cada espectáculo –por estar más que reglamentadas- se irá a comer a toda velocidad para volver mucho antes de que comience el espectáculo a revisar los últimos detalles para que todo salga a “pedir de boca” en una ¡Ardua labor de un delegado gubernativo! por la que no cobra un centavo por estos “sinvivires”.


viernes, 19 de noviembre de 2010

LA PLAZA DE TOROS DE MEDINA DEL CAMPO.

LA PLAZA DE TOROS DE MEDINA DEL CAMPO.
Por LUIS ALONSO HENÁNDEZ. Veterinario y escritor.
Una villa como Medina del Campo, desde siempre centro neurálgico tanto comercial como mercantil, a donde acudían en masa los habitantes de todos los pueblos de la comarca para "sacar" los productos de su producción y para "recabar" los necesarios para su pervivencia. La considerada como Villa de las Ferias, industriosa y cosmopolita, era la "meca" de cuantos acontecimientos se celebraban en la zona.
Y como en la antigüedad cualquier acontecimiento conllevaba la lidia de toros bravos, Medina no iba a ser menos, por ello en el año de 1490 los mandatarios disponen que los arrendadores de rentas del común (carne, aceite y vino) debian proporcionar once toros bravos para los festejos de la localidad. Toros que eran encerrados, por la noche, en recintos adecuados y anexos al lugar de lidia, por personal especializado a caballo. Luego, la gente del pueblo comenzó a participar en estos encierros de forma activa hasta llegar a convertir a este acontecimiento en la base de sus fiestas patronales.
Y diez años después, acuerdan, como queda reflejado en los libros de acuerdos, que se celebrasen los denominados Votos de la Villa, es decir la conmemoración, con una corrida de toros cada una, de las cuatro festividades: San Juan, Santiago, la Virgen de Agosto y San Antolín, a las que se sumaron dos festejos más promovidos, de forma particular, por la Cofradía Penitencial de la Santa Cruz y la Archicofradía de Nuestra Señora de las Angustias. (Según documentos encontrados correspondientes a los años 1596, 1604, 1629, y 1634).
La corrida de toros consistía en juegos de cañas y lanzas caballerescas que, cuando llega la Ilustración y desdeña todo lo taurino, los nobles siguiendo a su Rey se apartaron de lo taurino y su lugar fue ocupado por la plebe que prácticamente se hacen los dueños de los encierros y, luego, de la corrida de los novillos y toros.
Todos estos festejos se celebraban en una zona acotada de la zona sur de la Plaza Mayor, es decir en la zona de la Colegiata, Casa Consistorial, Palacio de los Reyes de Castilla, Casa Mayorazgo de los Fernández Velasco y parte de la llamada Acera de la Joyería. Pero la zona se fue ampliando paulatinamente y de forma particular por los propietarios de las casas y comercios que configuraban los soportales de la plaza, y que, de esta forma, se convertían en propietarios de la aquella zona y disponían de ella a voluntad para presenciar los festejos. Festejos que, por otra parte, no eran onerosos para los ciudadanos al ser la Administración la que pagaba los festejos. Ante tanta "ampliación anárquica", la Administración se plantea en el año 1841 "parar el boom constructivo", si bien, ante la enorme cantidad de intereses creados, no fue hasta el año 1867 cuando se sentaron las bases de la estructura del coso taurino, que quedó delimitada al espacio siguiente: Atrio de la Colegiata, Casa Consistorial, Cárcel, Acera del Potrillo hasta la calle Almirante, y desde la esquina de la misma hasta Simón Ruíz y Juan Bravo. Pero al final, "ganó el pueblo" y, el coso taurino se amplió a toda la plaza.
Se trató de buscar emplazamientos para celebrar los acontecimientos taurinos en diferentes lugares. De ahí que haya constancia de que se celebraron en lugares tan dispares como pueden ser:
•El patio interior del antiguo cuartel que, incendiado por los franceses durante la Guerra de la Independencia, ocupaba los terrenos donde hoy está ubicado el Cuartel del Marqués de la Ensenada. Preferentemente en el año 1828.
•La plazuela de San Agustín y algunas dependencias del convento de Nuestra Señora de la Gracia, que fue de los padres agustinos.
•La parte trasera o “josa” del Hospital Simón Ruiz actual Hospital de la Purísima Concepción y San Diego de Alcalá .
•Los terrenos que más tarde ocupó la Fábrica de Armas Metálicas de D. Pedro García Losada, sobre la actual calle Valladolid y calle de los Muelles. Allí concretamente se instaló un coso permanente como consta en la obra la Tauromaquia de Guerrita, donde puede leerse que:
"El día 3 de septiembre del año 1893 se inaugura una plaza en Medina del Campo, con capacidad para 5400 espectadores, de obra de fábrica y dos pisos. La corrida inaugural con reses de Gómez Oñoro, que fueron estoqueadas por los diestros Juan Jiménez "Ecijano" y el cordobés Antonio de Dios "Conejito".
Y con estas dimensiones “ampliadas anárquicamente” sobre las prefijadas por la Administración, se fueron celebrando los acontecimientos taurinos que configuraban en las Ferias y Fiestas de San Antolín hasta el año 1935, en los días del 1 al 8 de septiembre. Después del paréntesis obligado durante nuestra guerra civil, vuelven a celebrarse los encierros y capeas, pero con el coso nuevamente "encogido” en sus dimensiones que retornan las fijadas en 1867.
Por fin llegamos a las fiestas de San Antolín del año 1948.
San Antolín, diácono y mártir, fue, a finales del siglo XII después de acabar con la cruenta peste que asolaba al vecindario, erigido por aclamación popular, celestial Patrono de Medina y bajo su advocación se puso la románica parroquia sita allende la margen izquierda del río Zapardiel, y sobre la que siglos después se alzó la Colegiata.
Fiestas que eran presenciadas, desde su lugar de privilegio, por la familia Casares en su propia casa sita en la esquina que forman la Plaza Mayor y la calle Almirante, bajo los cuidados esmerados de la anfitriona, Angelita Araoz.
Y en medio de lo que estaba viendo el sobrino mas culto de la familia, Emilio Casares Herrero, profesor mercantil y catedrático de francés de la Escuela de Comercio de Valladolid, gran taurino y contertulio en importantes citas taurinas llevadas a cabo en la capital de España durante su estancia de estudiante y opositor, colaborador de periódicos taurinos y asiduo espectador a corridas en Madrid, lanzó a su tío, don Manuel Casares, constructor y rico hacendado de la villa, las siguientes palabras:
-Tío, viendo esto ¿ no cree que el pueblo de Medina reaccionaría favorablemente ante la sustitución de las capeas, no de los encierros, por los espectáculos en una plaza de toros construida a tal efecto?.
La respuesta del constructor fue una pregunta:
-¿Estás dispuesto a hacer un estudio meditado y que pueda tener visos de realización, a tal efecto?
-Naturalmente que sí. En pocos días puedo tenerlo preparado, tío.
Y a los dos días, D. Emilio se presenta con el estudio en que exponía el plan a seguir y las gestiones Se realiza una entrevista con el Alcalde de entonces, D. Aurelio Rojo, que se entusiasma con la idea y ofrece su apoyo instándoles a que presenten un anteproyecto detallado ante la Corporación Municipal. Y el día 7 de septiembre, en plenas fiestas, se presenta el proyecto de la sociedad formada, que se denominaba "La Taurina Medinense S.A", en la que podían participar cuantos medinenses desearan, mediante la suscripción de acciones, para cubrir el presupuesto de las obras.
En el anteproyecto se consideraban algunos puntos de los cuales destaco:
Condiciones por parte del Ayuntamiento.
1.-Solicitud a la Corporación de que se concediera la construcción del coso taurino en los terrenos municipales del Mercado de Ganados, que al mismo tiempo mejoraba y actualizaba sus instalaciones, constituyéndose como la base económica del proyecto participando en sus ingresos y con la idea de la reversión de la plaza a los munícipes al cabo de un número de años a determinar.
2.-Exención de toda clase de arbitrios, impuestos y cargas municipales de toda clase, tanto presentes como futuros, durante veinte años.
3.-Autorización libre de impuestos para poder celebrar, si la empresa lo cree oportuno, toda clase de espectáculos públicos.
4.-Los planos de la construcción han de ser dados de forma gratuita por el Arquitecto Municipal o en su caso por el que el Ayuntamiento designe.
5.- Concesión a la empresa constructora del hierro y el cemento a precios oficiales.
Condiciones por parte de la Empresa.
1.- Construcción de una plaza con capacidad para siete mil localidades, con posibilidades de ampliación hasta diez mil.
2.-Confección de un programa taurino atractivo.
Y como la idea era tener la plaza lista para las Fiestas de San Antolín del próximo año y el tiempo urgía, don Manuel Casares se hizo responsable único, de cuantas obligaciones y derechos derivasen del contrato y, por tanto, correr con todos los gastos tanto de construcción, cómo de los que se produjesen.
El contrato definitivo entre Ayuntamiento y don Manuel Casares Ramos se acordó con fecha 31 de diciembre de 1948.
Ha pasado más de medio siglo, que se dice pronto, y aquel joven promotor de ideas está jubilado y feliz, rodeado de “papeles taurinos” y acudiendo puntual y diariamente, como si de un rito taurino se tratase, a su tertulia de la Granja Terra, cafetería sita bajo los soportales del número 2 de la calle Especería. Bar que contacta con el Hostal París, con el que, incluso, tiene comunicación directa, en ese edificio que visto desde el cielo tiene forma casi de triángulo rectángulo y cuyo ángulo definitorio está situado en la confluencia de las calles Especería y Lonja.
PROYECTO DE LA PLAZA.
Es obra del arquitecto don Dacio Pinilla. El emplazamiento es el solar ubicado en la confluencia del camino viejo de Salamanca con el llamado carril del Herido, frente a los jardines del Hospital de Simón Ruiz.
El ruedo tenía y tiene 47,50 metros de diámetro y el callejón un ancho de 2 metros. Constaba de 8 tendidos con 21 filas de asientos, a los que se accede desde una galería general de circulación que circunda todo el perímetro; a esta galería se penetra desde el exterior a través de cinco puertas de 3,6 metros de anchura además de la del patio de caballos que también puede ser utilizada, para entrada, por el público. Las últimas 10 filas de la zona de sombra estaban cubiertas de tejadillo cubierto de teja.
Sistema constructivo: Estructura a base bóvedas tabicadas, sobre las que descansarán las gradas del tendido. Se ha dividido el anillo circular que ocupan las gradas en 52 sectores iguales por otros tantos muros radiales, los que al objeto de aligerar de material y dar paso a la galería de circulación, se calan con grandes arcos parabólicos.
El material a emplear es casi exclusivamente el ladrillo, con mortero de cemento, cal o mixto, según sea la función del elemento constructivo. Así, serán de fábrica de ladrillo: los muros de carga y cerramiento, pilares, arcos, bóvedas y formación de asientos de gradas. La cubierta de la galería, así como la de todos los pabellones anejos, será de teja curva sobre estructura de madera. Los tendidos irán revestidos de mortero de cemento tanto, en las partes reservadas a asientos, como los pasos y escaleras. Las puertas serán de madera, al igual que la barrera y los burladeros. Las barandillas de palcos y balconcillos, así como la separación de los tendidos, serán de hierro con dibujo sencillo.
Decoración: En lo exterior se reduce a resaltar los aparejos de ladrillo, según costumbre muy extendida en la construcción de circos taurinos y por otra parte de tanta tradición en Medina, donde siempre se ha empleado el ladrillo decorativo, no solo como material de construcción sino como elemento decorativo, con exclusión casi total de cualquier otro.
Deliberadamente se apartaron de la construcción pseudo-mudejar componiendo una con dos cuerpos superpuestos con pilastras; el bajo con arquería de medio punto, y el alto con paramentos lisos entre pilastra y pilastra.
Y con el proyecto de don Dacio Pinilla Olea que contó con la colaboración, en la revisión de las obras, del Aparejador don Diego Cobo Guijarro y en la ejecución, de los Maestros de Obras, Francisco Lorenzo y Celedonio Lorenzo que controlaron a los setenta obreros ejecutores de sus ordenes, se coloca la primera piedra en fecha 12 de octubre de 1948; comienzan las obras el 1 de noviembre de 1948 y es inaugurada en fecha 3 de septiembre del año 1949, tras nueve meses de trabajo intensivo y con un presupuesto de 2 millones de pesetas.
Corrales.-
Los tres originarios, en la actualidad se han convertido en seis. Son cuatro corrales, de dimensiones parejas, colocados en dos filas paralelas de dos cada uno, que desembocan, del lado del patio de caballos, en otros dos; uno de ellos más pequeño y el otro más grande y centrado con el eje longitudinal de la fila de separación, que es precisamente el corral utilizado para los reconocimientos veterinarios y construido así para que tenga comunicación con: los dos corrales centrales, con el contiguo más pequeño y con las corralizas que dan acceso al túnel de chiqueros, mediante tres puertas.
Este corral clave, posee cinco burladeros, dos de los cuales están situados en los laterales de una galería baja que tiene seis arcos bajos de medio punto, desde los que se visionan los toros sin que, éstos, vean demasiado a sus observadores. En el techo de esta galería existe otra, protegida por barandilla de hierro, para ser ocupada, por profesionales y aficionados, en los reconocimientos, apartado de la corrida y enchiquerado. No obstante todas las paredes que configuran este corral de reconocimientos están dotadas de barandillas y son los suficientemente anchas como para facilitar el desplazamiento al personal encargado de maniobrar con los toros. Características que se hacen extensivas a todas las demás paredes de separación entre corrales.
De lo expuesto se deduce que pueden albergarse cinco corridas de toros, si bien lo normal es que permanezcan en estos corrales dos corridas. Los demás corrales son utilizados para albergar los animales de encierros, toros del alba y cabestros.
Todos los corrales, salvo el de reconocimiento, están dotados de pesebres y bebederos con agua corriente. Se comunican entre sí mediante puertas normales que se manejan con cuerdas desde los pasillos de encima y también por medio de oquedades practicadas en las paredes de comunicación protegidas por burladeros para facilitar las maniobras de paso del personal auxiliar.
El suelo, en todos ellos, es una mezcla de tierra con arena para evitar, en lo que se puede, la formación de barro. Es una pena que carezcan de drenaje.
Patio de caballos.-
Es lo suficientemente amplio para cumplir con el fin propuesto. Comunica con el exterior mediante una amplia puerta metálica de doble hoja. A través de él, se tiene acceso a: la puerta de cuadrillas; a la enfermería, mediante un pequeño vestíbulo, a cuya puerta permanece en los días de festejo, una unidad móvil para caso de traslado urgente y que se comunica directamente con el ruedo por galería independiente debajo de los graderíos del tendido; a la galería de reconocimientos; a la puerta de acceso a las paredes de las corralizas; a las cuadras de caballos y a la vivienda de una planta, del guarda y cuidador de la plaza.
Toriles o chiqueros.-
En número de ocho, se sitúan en la parte de la galería de circulación que queda frente al corral de reconocimiento y a ambos lados del pasillo que, por debajo de los tendidos, servirá para la salida del toro al ruedo. Las puertas son de madera revestidas de chapa de hierro por su cara interna.
Los chiqueros están situados a ambos lados del pasillo que comunica las corraletas post-reconocimiento con el ruedo.
Tras el enlotado y sorteo, los toros son enchiquerados en sus respectivos chiqueros. Encima de los mismos, concretamente en su techo, se colocan (en presencia de la autoridad competente) unas tablillas con el número de salida al ruedo, para que no haya confusiones en el turno.
Aforo:- 
Está distribuido así:
Tendido número 1.-................. 1.043
Tendido " 2.-................. ......... 1.005
Tendido " 3.-.................. ........    993
Tendido " 4.-........................... 1.083
Tendido " 5.-........................... 1.083
Tendido " 6.-................. ..........1.083
Tendido " 7.-........................... 1.083
Tendido " 8.-.................... ......    891
Cuatro palcos a 10.-...................   40
Total...................................... .8. 304
El exterior de la plaza tras su terminación,da sensación de sobriedad y belleza.
Cuando ve su plaza acabada, don Manuel Casares respira.
 Y lo cierto es que puede sentirse orgulloso de su obra. También sus colaboradores, a la cabeza de los cuales hay que mencionar a los técnicos constructivos quienes, con el paso del tiempo nos han demostrado que, aparte de ser unos cualificados profesionales, eran unos excelentes aficionados como se deduce de la concepción tan clara de la funcionalidad de todo lo realizado en relación con el mundo del toro.
¡Chapeau para ellos!. O mejor, suprimiendo galicismos: ¡Monterazo para D. Dacio Pinilla!
Ahora ya sólo quedaba la parte final, para que todo saliera redondo:
Buscar al empresario idóneo para que llevara a cotas altas a la plaza y, con ello, “aficionara” a la comarca medinense a las corridas convencionales.
Y para ello, el feliz constructor y propietario, ha de contar nuevamente con los conocimientos y relaciones de su sobrino Emilio Casares que, a través de los años de tertulias en mentideros taurinos, conocía a casi todos los personajes que movían los hilos del taurinismo. D. Emilio habló con los Choperas, con don Pedro Balañá e incluso con los empresarios de la plaza de Valladolid, pero no cuajó ninguna de las gestiones.
Finalmente se pusieron en contacto con un taurino de siempre que era apoderado de un chaval que empezaba, que era de Ronda y que se llamaba Antonio Ordóñez. Se trataba de Antonio González Vera, con quién finalmente se llegó al acuerdo de explotar la plaza de toros durante dos temporadas, luego se hablaría de prórroga.
Las condiciones del contrato entre D. Manuel Casares como propietario del coso y González Vera como empresario podía resumirse en las condiciones siguientes:
El propietario cobraría el diecisiete por ciento del ingreso bruto en taquilla y de la venta de las carnes de las reses lidiadas corriendo de su parte los gastos derivados de los impuestos de cualquier índole, personal de plaza, veterinarios, médicos, guías de toros, montepío de toreros, mulillas y música.
El empresario cobraría el ochenta y tres por ciento de el ingreso bruto en taquilla, pero debería correr con los gastos originados por pago de toros, toreros, propaganda, arrastre, sobreros, piensos y servicio de caballos, banderillas y gastos de taquillas. El cartel de inauguración ha de basarse en toreros del grupo especial o primero, según la clasificación del Sindicato Nacional de Espectáculos, entre los cuales se tiene preferencia por: Ortega, Luis Miguel Dominguín, Manolo González, "Parrita", Paquito Muñoz y Pepín Martín Vázquez.. En la novillada a celebrar el día ocho de septiembre, debería tomar parte el diestro Miguel Báez "Litri", siempre que no se lo impida causa mayor.
Luego, el onubense no estuvo a la altura de la expectación despertada.
Ahora solo le queda ofrecer el mejor cartel existente para la inauguración de su plaza.
Este es el primer cartel anunciador de los festejos a celebrar en las Ferias del San Antolín del año 1949. Luego en el cartel de la corrida sería sustituido “Parrita” (cogido en Requena) por Pepe Luis Vázquez.
Pero ocurrió que cuando la plaza registró la mejor entrada fue precisamente en el segundo festejo de la feria que era un espectáculo cómico taurino musical, ya que en él se vendieron 5.878 entradas con una recaudación de 64.056 pesetas.
Luego, en las novilladas, en la última no pudo actuar Antonio Ordóñez porque cuando venía desde Murcia sufrió un accidente que le impidió llegar a tiempo por lo que fue sustituido por Rafael Ortega lo que ocasionó polémica.
Con el transcurso del tiempo, en estas tierras donde los factores climatológicos son extremos, la plaza sufrió sus inclemencias. Consecuencia de ello, fue el derrumbamiento de parte de la techumbre de la zona de tendidos cubiertos. La envergadura de la restauración era tal, que se acordó quitar la cubierta por completo salvo en la zona de presidencia, al tiempo que se arreglaban algunos agujeros que se habían producido en los tendidos.
Desaparecieron así, todas las columnas sustentadoras que, quitaban parte de visión a los usuarios de estos tendidos cubiertos.
Y como el deterioro iba avanzando y los tendidos ofrecían numerosos agujeros por los que entraba el agua de la lluvia, ante el temor de que los tabiques de sustentación sufrieran la destrucción total, el cabildo municipal optó por hacer un arreglo profundo que ha convertido a la antigua plaza, en un coso moderno y cómodo, si bien tan perfecto aspecto está infrautilizado.
Los burladeros circundan todo el redondel y pueden comunicar con cuartos interiores con solo abrir las puertas de comunicación pertinentes, convirtiendo cada burladero en un moderno palco VIP.
Se ha introducido el hormigón armado en la construcción de los tendidos y el hierro en las estructuras y protecciones de barreras y burladeros.
Se han puesto nuevas todas las tablas de barreras y burladeros, tanto externos como internos. Estas, están perfectamente pintadas y ajustadas con tornillos sobre pivotes metálicos que se empotran en el hormigón del suelo del callejón, amplio y cuidado.
Resulta una plaza moderna y comodísima para los lidiadores al no ser molestados por nadie en el callejón ya que todo el mundo tiene su sitio en los burladeros. 
 No obstante persiste la costumbre de que mozos de estoques, ayudas y apoderados estén apoyando sus brazos en la contera de la barrera, lo que representa el "sin vivir" de D. Raimundo Villanueva comisario de Policía.
De los propietarios de la plaza ahora, como más representativo, queda un nieto de D. Manuel Casares, Pedro Casares que es un taurino de pro.
Tengo un gran cariño a la ciudad de Medina del Campo (Valladolid) pues, no en balde, he convivido con sus gentes y he fraguado amistades difíciles de olvidar a través de mis diez años como componente del Equipo Veterinario de su plaza de Toros.