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martes, 15 de abril de 2008

LA CORRIDA DE LOS SEIS REJONEADORES DE SEVILLA 2.008.

Por LUIS ALONSO HERNÁNDEZ. Veterinario y escritor.

Seis caballeros sobre seis caballos en la Maestranza de Caballería de Sevilla. Dan una vuelta al ruedo a modo de saludo al público que abarrota las localidades de este antiguo coso. Seguidamente, en el centro del ruedo, una demostración en conjunto de coordinación de ejercicios previamente pactados para demostrar la gran preparación y doma, a la alta escuela, de los corceles que montan.
Ejercicios que además sirven para contactar con el piso y ver como se encuentra tras la últimas lluvias caídas, al tiempo que para que los caballos calienten algo más de lo poco que permite la carencia de patio de caballos amplio, en la Plaza de Sevilla.
El último en entrar es Diego Ventura, quien no sabemos si lo hace por manía o bien porque quiere recibir los aplausos del respetable como él único diestro que a conquistado hasta el momento la ansiada Puerta del Príncipe.
Los toros son de Benítez Cubero. Pastan en la finca “Los Ojuelos” de Marchena y su procedencia es de reses de Surga y Parladé.
Es el mediodía de un día soleado totalmente primaveral que ha llevado hasta la Maestranza a una masa de aficionados al mundo del caballo para llenarla hasta la bandera.

El primer toro de la mañana se llama “Diplomático” es de Benítez Cubero, lleva el nº 117 y pesa 593. Es un toro grande, bien hecho y musculazo.
La lidia corresponde al rejoneador jerezano Antonio Domecq quien con chaquetilla azul y sombrero gris monta una silla portuguesa forrada de borreguillo sobre la yegua “Peregrina”.
Comienza con un recorte del que el toro sale suelto. Al nuevo recorte el toro queda fijado y persigue a la cabalgadura aunque a decir verdad sin mucha afectividad.
Tras clavar un rejón de castigo en todo lo alto, el toro se motiva y persigue a la yegua con buen son. Antonio lo deja llegar mucho a la grupa de la jaca. Aplausos.
Lo torea con la banderola con la finalidad de comprobar el estado del toro y medir el castigo a imponer.
Cambia de caballo. Sale “Quito” es un tordo rodado muy bello. Lo torea muy de cerca con la grupa. En corto, dando el pecho coloca un buen par de banderillas para seguir toreándolo de costado.
Clava un buen segundo par y acaricia la embestida del toro. Aplausos.
Un gran par colocado al estribo. El caballo baila delante de la cara del toro. Aplausos. Lo torea con el sombrero y ajusta tanto que el toro llega a tocar al caballo en la paletilla derecha. Ovación.
Saca a “Óleo” un castaño español precioso del hierro de Coimbra que torea al toro dando la cara y realizando delante de él dos piruetas antes de clavar las banderillas arriba. Lo torea tan cerca que el toro cuando coge aire quiere cogerlo e incluso llega a tocarlo en alguna ocasión.
El toro se ha aquerenciado en las tablas. Con tironcitos lo saca del terreno de querencia hasta dejarlo en el centro del ruedo.
Galopa hacia el toro y prende un gran par de banderillas después de lo cual torea al toro con temple y justura.
Es ahora “Quitasol” un precioso caballo tordo en fase blanca el encargado de poner las banderillas cortas. En el centro del ruedo una lidia perfecta, girando delante de la cara del toro para provocarlo. Tras cuatro giros del caballo sobre las posteriores va poniendo los tres pares de las cortas arriba. Aplausos. Lo torea con el sombrero y el público se pone en pie para ovacionar al rejoneador.
Tras el sonido de clarines que indican la suerte de matar, pincha arriba hasta cuatro veces. Después del primer pinchazo, el rejoneador ha perdido la convicción en la entrada. A la quinta entrada gran rejonazo que hace doblar al toro.
Ha sido una limpísima actuación con "fallo a espadas" que no obstante el entendido público le tributa una gran ovación.

El segundo toro de la mañana es un buen mozo marcado con el 85 y con 585 kilos sobre los lomos.
La lidia corresponde a Martín Burgos quien con chaquetilla beige clara, con montura mixta, está encaramado sobre “Atropín” un árabe alazán adornado con lazos azules y verdes.
Tras recortarlo el toro queda fijado.
En la primera y segunda entrada para colocar el rejón de castigo ha de pasar en falso debido a que el toro le gana la cara al caballo. A la tercera de "poder a poder" deja el rejoncillo arriba. Aplausos. Lo prueba con la banderola y con el sombrero para decidirse por cambiar el tercio.
Saca a “Coimbra” un castaño de raza lusitana que tiene una tabla de cuello grande y la cara acarnerada. Caballo de mucha fuerza a juzgar por la consistencia del tercio posterior. Hace una pirueta delante de la cara del toro. Ha de pasar en falso en la primera entrada. Seguidamente quiebra y clava arriba. Aplausos.
Una pirueta en la misma cara para seguir toreándolo con el pecho. Gira delante para que el toro se fije en él. Entra derecho, quiebra, clava y lo remata con una pirueta en la misma cara.
Ahora sale “Alí” que es un bayo pelo de rata quien templa muy bien al toro a la cola. Se aleja al galope del toro y vuelve también al galope para tratar de clavar un par al violín pero ha de pasar en falso porque el toro le gana la acción en medio de los sones de la música. A la segunda entrada y a pesar de la falta de ayuda por parte del toro, lo consigue. Aplausos. Repite y ahora sí clava un perfecto par al violín. Aplausos. Sigue toreándolo tocándolo el testuz. Ovación.








Saca “Allo” un caballo alazán domado a la alta escuela quien se encarga de poner las banderillas cortas al violín en tres pares que levantan a los espectadores de sus asientos.
Finalmente sale “Glamour” un perla que es el encargado de realizar la suerte suprema. Ha de pasar dos veces en falso hasta que tras sacar al toro a las dos rayas le administra un rejonazo caído que no obstante es ovacionado. Tarda en doblar a pesar del trabajo de los auxiliadores. El caballero ha desmontado y el caballo se desfoga dando carreras a medio ruedo en medio de la alegría de los espectadores mientras el rejoneador trata de descabellar. Sufre un desarme y finalmente el toro se echa. Martín Burgos sale montado en el caballo alazán con la finalidad de animar al público para que le pida un trofeo. Lo que finalmente no consigue.

El tercer toro de la mañana se llama “Bencerrajo” es de capa berrenda muy típica en este encaste que está marcado con el nº 135 y un peso 599 kilos.
Su lidia corresponde a Andy Cartagena quien montando a “Bético” un tordo rodado, luce chaquetilla burdeos y sombrero gris.
Lo para perfectamente con un gran sentido del temple.
Le pone un gran rejón a un toro que persigue pese a acusar el rejón de castigo. Lo torea con la banderola para tratar de elegir que caballo ha de sacar para banderillas acorde con las características del toro que tiene delante pues Andy a pesar de su juventud es un rejoneador de gran experiencia. Pide el cambio de tercio.
Saca a “Fandi” un tordo en fase blanca que torea muy bien dando la cara al toro. Se aleja hasta el otro extremo de la plaza. Viene rápido pero ha de pasar en falso ya que el toro no hace por él. Al segundo intento, quiebro y par arriba, para seguir por delante del toro toreándolo con la grupa. Ovación.
Lo torea en corto con la grupa, se cruza varias veces delante del toro hasta llevarlo al terreno idóneo. Lo provoca y clava arriba de manera perfecta. Repite acción en tres pares. Ovación.
Saca ahora a “Pericalvo” la estrella de su cuadra. Es un precioso caballo negro que realiza delante de la cara del toro una especie de vaivén para cuando el toro se arranca clavar arriba. Repite la suerte. Ovación enorme que el caballero agradece dando sobre su montura una vuelta al ruedo antes de sacar a otro caballo. En esta ocasión es una yegua, “Carioca” torda rodada quien bajo la dirección de Andy, pone dos pares de banderillas largas a dos manos de manera perfecta.
Sube las manos de la yegua en el estribo para tomar el rejón de muerte.
Clava arriba un rejonazo atravesado desmontando a la carrera al darse cuenta que el toro está muerto.
Se pide mayoritariamente la oreja que es concedida. Se va por “Pericalvo” para recoger la oreja montado en él.

El cuarto toro con un peso de 568 kilos es quizá el que tiene una lidia de comienzo más espectacular, pues el rejoneador encargado de su lidia, Álvaro Montes aparece con una chaquetilla de color azul, montando un caballo muy campero, con el marsellé sobre el borrén delantero de la silla y portando la garrocha.








Se mete dentro del pasillo de conducción a los chiqueros para salir delante del toro arrastrando el regatón de la garrocha por el suelo. El toro le persigue en medio de una gran ovación.
Tras recortar perfecto coloca un gran rejón de castigo que es ovacionado. Coloca un segundo rejón también de forma perfecta. Ovación.
Saca a “Chambao” un precioso caballo de capa baya con el que da una "corbeta" antes de irse por el toro y clavar un par en todo lo alto. Pone las manos del caballo encima del estribo de barrera antes de dirigirse al toro para clavar un buen par.
Toreándole con la cara lo saca hasta las dos rayas y el público por la acción le tributa una gran ovación.
Saca al caballo “Coquito” quien se pone de rodillas delante del toro y recibe una gran ovación antes de poner tres pares de banderillas de las cortas, el último al violín y muy cerrado en tablas.
En la suerte de matar el toro pierde las manos mientras él coloca el rejón de muerte arriba sin quebrar el palo del mismo. El toro se acula en tablas. Toma la muleta para disponerse a descabellar y el toro dobla.
Aparecen unos pañuelos que resultan insuficientes mientras él saca un caballo tordo en fase blanca para animar a la concurrencia pero ha de conformarse con la vuelta al ruedo.

El quinto de la mañana se llama “Fresón” es del 12/03. Porta el nº 117 y tiene un peso de 502 kilos. El encargado de lidiarlo es Diego Ventura con chaquetilla verde quien lo espera en el ruedo montando a “Cheque” un caballo tordo rodado de cola recogida, que hace ejercicios de estiramiento, creando la hilaridad del público maestrante.
Recibe al toro con dos recortes de grupa en uno de los cuales el toro lo alcanza.
Se aleja del toro para acudir a él nuevamente y con un quiebro pretende colocar el priemr rejón de castigo, pero ha de pasar en falso ante la falta de interés del toro. En la segunda entrada, tras el quiebro, logra clavar arriba del todo.
Tantea las condiciones del toro, para finalmente desistir en la colocación del rejón.
Saca a “Guaraná” negro morcillo quien torea muy de cerca al toro en medio de las cornadas de éste que el caballo esquiva con habilidad en medio de la ovación del público. Le coloca un gran par de banderillas. Ovación.
El toro está tan parado que, incluso, llega a echarse.






Ventura saca ahora a “Distinto” un tordo que a tres metros de distancia del toro lo provoca con una tranquilidad a “prueba de bomba” donde demuestra que confía plenamente en su jinete. El público no respira ante la incertidumbre de que puede pasar en el caso de que el toro se arranque, pues el caballo está completamente parado, no hay distancia material para reaccionar y salir ileso del trance. Finalmente el toro se arranca, lo quiebra y sale con un par en todo lo alto. ¡Extraordinario! Gran ovación con el público en pie.






Quien ahora sale es “Morante” un caballo tordo en fase blanca que le pega bocados al toro al tiempo que el caballero clava en lo alto. ¡En el público es el delirio! El caballero ha de separar al caballo del toro para que no le ataque. ¡Se han invertido los términos! ¡No hay cornada porque Dios no lo ha querido ya que el caballo está materialmente subido encima del toro! ¡Locura colectiva en el público!






Para matar saca a "Califa” un precioso caballo castaño con quien en la primera entrada pincha arriba, logrando un gran rejonazo en la segunda entrada que es refrendado con una gran ovación. Al doblar el toro se piden las dos orejas y el presidente las concede del tirón.

El último de la matinal se llama “Alfarero” es del 02/04 porta el nº 115 y pesa 530 kilos.
Su lidia corresponde al jovencísimo Leonardo Hernández quien ataviado de chaquetilla azulada y sombrero gris monta a “Espartaco” un castaño que recibe al toro con dos “muletazos” de grupa para pararlo. Ovación.
Con una monta perfecta coloca un gran rejón de castigo y seguidamente lo templa de manera perfecta mientras el toro le toca la cola al caballo que es llevado con un toque perfecto de mano por parte del jinete.
Parece u n torero maduro y muy seguro que torea al toro dando el costado derecho de la cabalgadura.
Ha colocado tres pares de banderillas perfectas, donde le caballo va galopando al galope corto para tras quebrar dejarlas arriba del todo. Ovación.
Saca ahora a “Bambino” que es un caballo tordo especializado en las banderillas cortas al violín con el que pone tres pares de cortas al violín perfectas de ejecución y colocación. Ovación.







En la suerte de matar pincha en el primer intento, para en el segundo lograr un buen rejonazo que hace doblar al toro tras la rueda de los auxiliares.
Echa el pie a tierra para descabellar y tras titubeos que prolongan el tiempo logra el descabello final al segundo intento con lo que su labor queda en una Ovación.