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lunes, 7 de enero de 2008

LA REVOLUCCIÓN DEL REJONEO.

LUIS ALONSO HERNANDEZ. Veterinario y escritor


Han de partir de la base que quien estas líneas escribe piensa que: "entre aficionados antiguos y modernos hay diferencias de gusto, sensibilidad, época, materia y objeto”. Y sigue pensando que “en los antiguos lo esencial era el toro, mientras que los modernos abogan por el torero”. Pero en cualquier caso “ambos son necesarios”.
Pues bien, con estos preceptos bien sentados, voy a tratar de desarrollar un tema que me preocupa últimamente y que no es otro que el del REJONEO.
Este surgió como consecuencia de que al acabar las cruzadas los caballeros cambiaron de arma. Sí, como suena. La lanza que tantos sarracenos había ensartado fue sustituida por el rejón encargado de herir a los toros que se encargaban, con su rejoneo, de mantener en perfecto estado de forma a dichos guerreros por si tenían que seguir peleando contra el morisco invasor.
Y tras enfrentarse a animales como zorros o jabalíes optaron, en su afán de aumentar el riesgo al máximo, por rejonear a los toros bravos que en vez de huir atacaban al sentirse acosados y heridos con mucho más poderío y peligro.
Pero estos caballeros hubieron de dejar paso al toreo de a pie, acuciados porque “ese menester no era del agrado de la esposa de ese rey que heredamos de Francia tras la paz de Utrech”, y casi se olvidaron de alancear toros en las plazas mayores de las ciudades. No obstante les quedó ese “resquemor” de actuar en las plazas rejoneando toros bravos para enseñar a los públicos de la ciudad las faenas que se hacían en el campo con el caballo como medio único e ideal para faenar a los toros.
Y por ello se llevó el rejoneo a los cosos y allí, ante la limitación de espacio, era obligado hacer una especie de lidia que fuera desgastando al burel para permitir el acercamiento al mismo, del caballo y montura, con la finalidad de aportar una expresión de arte.
Hasta ahí todo perfecto, pero llegó la revolución del rejoneo que trató de hacer lucir al caballo por encima de la ejecución de las suertes de colocación de rejoncillos de castigo, farpas, banderillas y rejón de muerte. A partir de ese momento resultó difícil ver a rejoneadores que al galope corto de sus corceles encelaran y templaran al toro basándose en abaniqueo “de arriba abajo” con esa cola amputada o recogida graciosamente, de sus jacas toreras.


Posiblemente el recién retirado Javier Buendía no llegaría, en estos momentos, de manera intensa más que a verdaderos aficionados con sus caballos domados a la “vaquera” y que con esa difícil facilidad “andaban más que corrían” delante de la cara del toro en un trote corto, recogido, redondo, acompasado y medido. Todo era lentitud y templanza en la lidia, sin sofocar y menos quebrantar a sus “fieles brutos” en ese rejoneo de sabor campero, donde el caballo es juzgado por los entendidos en “como va”, “como entra”, “como pone sus orejas”, “sus protestas” o por el contrario “su fidelidad de respuesta” a las riendas o piernas de quien lo monta.
Lo que prima ahora, es ver la torería de los caballos domados no para las faenas camperas sino para “numeritos circenses” adaptados al rejoneo no como complemento sino más bien como fundamento. Y, es que este público festivo se enerva cuando el caballo se aleja del toro a “galope tendido” hasta la máxima distancia que las tablas permiten, para, tras realizar una “empinada” seguida de una “pirueta” volver hacia el toro a velocidad del rayo y en un quiebro visto y no visto clavar con mayor o menor acierto.

En estos tiempos, rejoneadores de la talla del cordobés Antonio Cañero, del jerezano, Álvaro Domecq y Díez e incluso la amazona Conchita Cintrón, la llamada “Rosa de Cuzco” difícilmente calarían en estos nuevos aficionados que alucinan ante estos caballos actuales domados en el sentido de dar espectáculo ante toros suavones, carentes de genio y por ende de embestidas descompuestas e imprevisibles.. No son caballos domados para faenas camperas sino en la “alta escuela” para andar de lado y mirar de continuo al toro mientras huyen de él toreándole con su tercio anterior para acabar rematando con la grupa.
Todo muy bonito, muy espectacular, pero apartándose un tanto del rejoneo clásico a quien los libros de jineta definen como “poner rejones en lo alto del toro cuando las astas de este estaban a la altura del estribo tras haber dado el pecho en el embroque”. ¡Eso es rejonear!.
Pero como hoy los tiempos son otros, se puede dar ( no sin éxito) una corrida de seis toros con diferentes números de rejoneadores. Distintas formas a aquellas en que un rejoneador iba por delante de la corrida a pie. Tiempos que van desde Cañero a Alvaro Domecq, pasando por los portugueses Simao da Veiga o Joao Nuncio.
Hubo una primera revolución llevada a cabo por Angel Peralta quien con su rejoneo espectacular colocó a su hermano Rafael de pareja y propició que se les unieran otra nueva pareja formada por Alvarito Domecq y José Manuel Lupi, quienes constituyeron una nueva modalidad de toreo por “colleras”, donde cada rejoneador lidiaba un toro en solitario y luego los dos restantes, hasta seis, por parejas.
Es un bonito espectáculo que además cumple una misión económica importante como es la poder lidiar toros que por sus defensas deterioradas o por su falta de casta, no pasarían el “fielato” de corridas convencionales de a pie.


Ahora nos gusta ver a caballos de la cuadra de Pablo Hermoso de Mendoza como “Cagancho” en sus pasadas espectaculares y toreras ante la cara del toro o a su compañero “Mariachi” quien a pesar de su capa baya es muy torero y valiente o a ese “Zurbarán” de Joao Moura que borda el recorte para esas banderillas al cambio.
No pudimos ver a pesar de nuestra edad a esa elegante, ágil, ligera, elástica y armoniosa jaca llamada “Bordo” con la que Antonio Cañero esperaba a la salida de chiqueros a aquellos toros que galopaban apretando los riñones mientras sacudían el polvo de sus grupas, en una difícil suerte de la que salía milagrosamente indemne a causa de ese salto de cinco metros antes de emprender raudo galope precedido de arreón. La misma que tensa ante el toro vivo se relajaba hasta casi rayar el desmadejamiento cuando intuía que el toro estaba herido de muerte.
¡Cañero!. Rejoneador que a veces echaba el pie a tierra y toreaba con la manta que tomaba del borren delantero de su silla campera antes de cuadrar a sus toros para matarlos de un volapié.
Tampoco a la jaca “Esplendida” de D. Alvaro Domecq que tuvo la gloria de dar nombre a la barriada que el caballero jerezano construyó para sus obreros en Jerez. La misma que en la escultura colocada encima de su tumba en el jardín de la casa de D. Álvaro en Jerez, tenía el epitafio que rezaba:"Esplendida en el campo, en la plaza y en el recuerdo".
Pero si vimos a “Opus” ese torero y espectacular caballo de Alvarito Domecq que con sus crines al viento parecía volar ante los toros.
Y al “cuarto de milla” colombiano que Vidrié bautizó con el nombre de “JB” y que ha sido el caballo que recibió la mayor ovación que la afición de las Ventas ha dispensado a caballo alguno tras los dos quiebros que de salida propinó a un toro a la salida de chiqueros para ponerle un rejoncillo en todo lo alto.
Y también quiero recordar al madrileño Gregorio Moreno Pidal que revolucionó el rejoneo al actuar con toros en puntas en medio de un toreo espectacular como era el poner banderillas a dos manos sin cabezada. Quizá demasiado riesgo para el “toreo a caballo” que ahora se practica.
La "Encefalitis espongiforme bovina" conocida vulgarmente con el nombre de "Enfermedad de las vacas locas" tuvo una importancia relevante en el mundo del toro bravo al decretar la Comunidad Económica Europea como medida de erradicación el sacrificio de todos los animales existentes en la explotación donde hubiera aparecido la enfermedad.
Esto podía ser el fín de la ganadería brava de ahí que se tratara de salvarla por todos los medios que los ganaderos tuvieran a su alcance.
Decretaron una huelga que....
En fin lean lo que escribí en aquellos días.
¡Va por ustedes!
UNA HUELGA TAURINA QUE NUNCA SE LLEVÓ A EFECTO.

Por LUIS ALONSO HERNANDEZ Veterinario y Autor del Proyecto
del Centro Tecnológico del Toro de Lidia de la Junta de Castilla y León.

“Lo que no pue sé. No pue sé y además es imposible”. Esta es una frase que Rafael “El Gallo” solía pronunciar tras sus faenas inconclusas . Y viene al pelo ante esta “huelga relámpago” que duró lo que un suspiro y que por ello no dio tiempo a la publicación del artículo al que no he querido quitar nada de lo que mi mente me dictó en el momento de leer el anuncio de la misma.

Secuencia de la E.E.B (Encefalitis Espongiforme Bovina).
Año 1982: Prusiner descubre el prión.
Año 1986: Al aparecer casos de E.E.B en Inglaterra, la Comunidad Europea advierte a todos sus miembros del peligro que supone las harinas de carne, como posibles portadoras del prión, en la alimentación del ganado vacuno.
Los países europeos (entre ellos España) se “saltan a la torera” la advertencia y siguen alimentando a los animales con harinas de carne, muchas de ellas, para mas INRI, importadas de Inglaterra que no desdeño sus intereses económicos.
Año 2000. Aparecen los primeros casos en ganado lechero en España. Dado que la normativa de la C.E, obligaba a sacrificar todas las reses de la explotación en que hubiera aparecido un positivo, comenzó a temblar el mundo del ganado bravo.

¡Había que proteger a toda costa la cabaña brava española!, única en el mundo y sustentadora de: una tradición, muchas familias, a la vez que generadora de unos 200.000.000.000 de pesetas por temporada.
Y alguna mente pensante, con gran clarividencia del holocausto bravo que podía derivarse ,eximió a esta raza de la comprometedora prueba de los test prionic postmortem. ¿Como?. De la única manera posible: no llevando a los toros muertos en lidia a la cadena alimenticia, sino incinerándolos sin más.
Además se consiguió, puesto que eran incinerados como si de positivos se tratare, que se acogieran a las indemnizaciones de sacrificio e incineración, hasta que llegara una fecha tope marcada como el día 1 de julio del 2001.¡La jugada había sido de pleno!.
Pero el tiempo pasa muy deprisa y llegado el día 1 de julio la C.E retiró las ayudas de incineración, fijadas en 56.000 pesetas por animal, al tiempo que entraba en vigor la Orden de 29 de junio del 2001 del Ministerio de Sanidad prohibiendo la comercialización de la carne de animales muertos en el ruedo tras la lidia puesto que “el descabello y la puntilla pueden ser instrumentos de diseminación de priones al actuar sobre el máximo reservorio de estos, cual es el bulbo raquídeo” (sic) como lo corroboran las medidas, preconizadas por un grupo de expertos, para llevarse a efecto en los desolladeros de las plazas por aquellos que, a partir de ahora, hayan de manipular las canales de los toros muertos en lidia ( uso de máscaras protectoras de el rostro, de guantes con mallas de acero etc etc).
Y ante esta falsa “hecatombe económica” únicamente repercutible en los festejos populares - el precio de una res de lidia para consumo viene a representar unas 75.000 pesetas más 56.000 pesetas de incineración, en total unas 130.000 pesetas por animal que a razón de 6 animales por festejo dan un montante de 780.000 pesetas- la gente del mundo del toro, no los “pesos pesados”, se ha movilizado, han hablado, y han fijado como el 24 de julio el día H para la huelga de los profesionales de este sector.
¡Ultimatum dado a la Administración! por los componentes de una reunión - en la que estuvieron muchos que nada pueden aportar y faltaron otros que sí podían fijar posiciones -, en el caso que el organismo estatal no de soluciones a la venta de la carne del toro de lidia para el consumo humano, prohibida por la UE, para los animales muertos a estoque.
Y la gente de a pie dice: “Bueno, y a mí que me importa que no se celebren corridas de toros” .”Son ellos, lo que juegan con sus intereses”.
Hasta ahora, habían sido inteligentes al no forzar el motor y evitar con ello que se “gripara”.

¡Tranquilidad!. Que lo que hay que hacer es tratar de que, lo que ahora ha dejado de subvencionar la Administración, se reparta proporcionalmente entre todos los que forman parte de la Fiesta (empresarios, ganaderos, toreros en general y público asistente) antes que poner en un brete al Estado y obligarle a que ponga en marcha sus normativas legales.
Estoy más que convencido que se solucionará el problema ya que perder los cerca de 200.000.000.000 de pesetas por temporada no interesa a nadie de los implicados en el reparto de beneficios.
A la reunión “acudieron matadores de toros tales como “El Juli” y Abellán”(sic). Pues muy bien. ¿Creen que estos chavales pueden aportar soluciones para arreglar un tema como este?. ¿Creen que el “Juli” haría la huelga por “motus propio” con los enormes honorarios que cobra por festejo?. ¿Por qué no secundó a sus dos compañeros cuando estos se plantaron ante los abusos televisivos?. Le han utilizado para “salir en la foto” y tratar de influir en la opinión de los que desconocen las verdaderas causas del complicado tema.
También ”acudieron ganaderos como Eduardo Miura”(sic). Pues muy bien. ¿Creen que, en la actualidad, es el ganadero más representativo?. Cierto que es quien más arrobas de carne aporta por corrida lidiada, pero... ni es quién más lidia, ni quién más cobra por corrida, ni quien más bravura aporta a la Fiesta. Total que...??.
No podía faltar el Presidente de la Unión de Criadores de Toros de Lidia que está bien que presente sus reivindicaciones, ni los empresarios que son los que verdaderamente se sienten “agredidos” al ver disminuidas sus ganancias. Banderilleros y mozos de espadas no dejaron de asistir ya que pueden quedarse sin el jornal durante el tiempo que dure la inconsistente huelga.
Pero ante todo ¿qué se pleitea?. Una reivindicación económica que la Administración considera no viable por ser lesiva y perjudicial para el resto de los españoles. Vean sino:
“La Fiesta de los toros es un espectáculo que gusta a la mayoría del pueblo español. Por eso, en la época estival casi todos los pueblos incluyen en sus fiestas patronales la corrida de toros que va desde un encierro, hasta una corrida de toros convencional, pasando por toros enmaromados, vaquillas, capeas etc etc.
Todos estos festejos los organiza un empresario que ha de ajustarse a una subvención que los propios ayuntamientos le proporcionan.
Después, como negocio que es, puede ocurrir que acuda mucho público y gane dinero que va a engrosar sus arcas o que el factor tiempo o el no acierto con las preferencias del público, le proporcionen pérdidas que como es natural se sumarán a su debe.
¡Así de fácil!. Lo que no es de rigor es que si pierde dinero se lo tenga que reponer la Administración pues, salvo en las multinacionales que se sepa, el empresario de cualquier actividad se la juega en cada negocio”.
Se habló de Francia quien al parecer ha solucionado el problema congelando los canales de los toros muertos en los festejos en espera de que aparezca un test fiable para que los que no den positivo puedan entrar en la cadena alimentaria. Muy bien, la única pega que se me ocurre es que en Francia el número de festejos es un “puñadito de arena” comparado con la playa arenosa que representa el número de festejos celebrados en España, que hace se carezca en nuestro país de la infraestructura necesaria para llevar a efecto esta congelación masiva.
Se habló también de Portugal, donde las indemnizaciones que aquí se disfrutaban siguen en vigor cuando allí no tienen necesidad de nada de este tipo, pues como los animales no se matan a estoque, sería factible que los ganaderos se queden tras el festejo con sus toros, les mantengan en sus fincas el tiempo necesario hasta que los test en vivo se descubran y así se ahorraría la administración el dinero de las subvenciones y de la incineración. Lo cual suena a utopía.
Se habló de la tercera solución: consumir la carne sin hacer el test prionic por eso de que “el ganado de lidia no reune demasiados riesgos de padecer la E.E.B” (sic), según se permite declarar un veterinario-ganadero. Solemne barbaridad en boca de un científico que debería conocer el riesgo priónico. Además, demuestra muy poca humanidad, pues con el solo hecho de que haya un mínimo riesgo es suficiente para no plantear la cuestión.
Lo ocurrido en la Comunidad Extremeña, "saltándose a la torera" la normativa sanitaria, lo considero tercermundista. Claro que luego cuando, Dios no lo quiera, aparezcan casos de enfermedad en los humanos, correrán los responsables del desastre a pedir responsabilidades a quien en ese momento desempeñe la cartera del Ministerio de Sanidad, pues a la señora Villalobos está visto que le han puesto los puntos desde hace tiempo.
Analizando a los ganaderos, creo que con las subvenciones han hecho más que el agosto antes de que este llegue y aun carente de espectáculos, pues no solo han cobrado por animales lidiados sino por las madres que les parieron. Cuidado con las peticiones viciosas no sea que la Administración comience a enterarse y comience a revisar concienzudamente el número de animales, de todo tipo, subvencionados.
Interesante la exigencia del Ministerio único, como rector del mundo del espectáculo taurino. Ojo que ese ministerio al crearse, por lógica ha de actualizarse. Legislará y hará cumplir lo legislado que ha de incluir, sanidad, registro de nacimientos, revisión de contratos: tanto de empresarios; como de ganaderos; como de matadores; como de sanciones por transgresiones del reglamento etc etc etc.
Acuérdense del refrán que para hacerle digno de finalizar el artículo cambio el contenido por: “No remuevan los estercoleros ya que...”.

EL HOMENAJE A "CAGANCHO"

LUIS ALONSO HERNANDEZ. Veterinario y escritor.


Cuando Carlos Darwin emitió su “teoría de la evolución de las especies”, probablemente no se podía imaginar que el Hyrachoterium sería, con el paso del tiempo, el precursor del caballo Tampoco que el “noble bruto” se convertiría en un amigo del hombre a la vez que en su colaborador más activo en diversas actividades. Pero el transcurrir de la vida, hizo realidad todas esas hipótesis.
El equino más bello y noble, le ayudó a ganar batallas, carreras, raid, domeñar bravuras incontroladas de toros –aún a costa de sacrificar su vida- lucirse como jinete en acontecimientos de todo tipo, e incluso disminuir el riesgo de enfrentarse a un toro bravo desde la atalaya de la silla colocada sobre sus costillares, contribuyendo con su instinto, valor, torería y, siempre con SUMISIÓN, CONFIANZA y OBEDIENCIA.
Por todo ello han sido respetados y admirados por todos sin excepción. Reyes, guerreros, concursistas, bandoleros, y trabajadores de a caballo han rendido culto a su inseparable amigo quien les facilitaba sus labores en una entrega sin paliativos.
Y en cuanto a nuestro mundo del toro se refiere, ¿qué hacer sin un buen caballo en el apartado y ahijado de reses? o ¿en un encierro? O tal vez ¿en esa lucha sin cuartel por hacer “entrar en razón" a un toro desmandado?.
Animal absolutamente necesario para todas estas faenas, para picar a los toros en las corridas así como para practicar con ellos la suerte del rejoneo.
De ahí que no comprenda por qué más allá de nuestras fronteras alguien cuestione el que un “amo agradecido” (léase Pablo Hermoso de Mendoza) debido a su oficio de rejoneador, quiera rendir homenaje público, -de la única manera que puede hacerlo: “ir entregando manojitos de pelos de la crinera”-, de su amigo y colaborador “Cagancho” (ese caballo negro, calzado y elegante), en sus ultimas actuaciones antes de su despedida definitiva en reconocimiento a sus muchos méritos derivados de su torería, valor y sumisión al jinete. Pues CANGANCHO ha sido parte importante en la consideración de PABLO HERMOSO DE MENDOZA como figurón del rejoneo. Tandem CAGANCHO-HERMOSO o HERMOSO-CAGANCHO que “tanto monta, monta tanto”, como en su día lo fue Espléndida para D. Álvaro Domecq.
Por aquí, señor anónimo “escribidor”, no sé si por faltarle la valentía que Cagancho atesora a dosis inconmensurables, no consideramos como signo de ordinariez y menos de grosería lo hecho por el navarro Pablo y lo de “guachafería” no lo analizaremos por no conocer el significado. De todas formas no es usted sólo el culpable de su inconsecuente escrito sino el director de ese diario “El Comercio” que tal vez vea demasiado “comercialismo” en todo.
De esa desafortunada frase de “cosido a cornadas por la impericia de su jinete por arrimarse mucho” ,solo le diré una cosa:

“La fama no se gana con impericia ni rejoneando por e-mail”

Quienes hemos tenido la suerte de colaborar en ciertas ocasiones a que la vida de un “caballo amigo” no se fuera por cornada o “cólico” intempestiva, y hemos observado sus caras angustiadas por el dolor contenido y esas otras, de agradecimiento, cuando han comprendido el éxito de nuestra actuación, no podemos por menos de enervarnos al tiempo que sublevarnos por esas líneas que, alguien sin sensibilidad, ha tenido la osadía de escribir vislumbrando motivos parahumanos que nada nos interesan.
Cierto que otros grandes rejoneadores han apartado a sus caballos estrellas sin despedidas, sino que simplemente les han soltado libremente en sus prados para que, hasta que llegue el final de sus días, puedan “disfrutar de la libertad y el descanso”, merecidos. Pero…los tiempos cambian y las personas tienen distintas formas de “agradecer los servicios prestados”, de la misma manera que, cada uno de los que tenemos la osadía de escribir, a veces “metemos la pata hasta el corvejón” y perdone que sea tan hortera con el empleo de este término que es semejante al del titulo de su artículo: ”De Ripley en la Maestranza, cortan “coleta” a un caballo”.
De lo que si puede estar seguro, es que "Cagancho" el caballo estrella de la cuadra de Hermoso de Mendoza gozará de todos los parabienes de ahora en adelante dedicándose a dar hijos toreros como él y a vivir a "cuerpo de Rey" los años que la vida le depare, porque Pablo Hermoso de Mendoza es un caballero dentro y fuera de los ruedos.


¿POR QUÉ TANTA PRECIPITACIÓN?

LUIS ALONSO HERNANDEZ. Veterinario y escritor.

Cuando surge un chaval con “maneras” y además demuestra ganas de “ser alguien” en esto de los toros, de inmediato los “cazatalentos taurinos” (profesión de casi ancestral raigambre), se movilizan, despliegan sus redes y comienzan una carrera “contra reloj” por catapultar a una figura en ciernes. Parece que quisieran emular al olé corto que el público de la Maestranza exhala, al únísolo de sus gargantas, cuando los pases artísticos se suceden con cadencia, hondura y ligazón como piezas integrantes de una gran faena.

¡Prepárate “coletudo”, que ya no te van a dejar “ni a sol ni a sombra”!. Estarán contigo a todas horas “comiéndote el coco” en una estrategia perfectamente orquestada para que no recapacites y puedas pensar en otra cosa que no sea el novillo, los tentaderos, matar toros defectuosos a puerta cerrada, vacas de siete años, y en definitiva a triunfar cuanto “antes mejor” y recuperar así lo más “pronto posible” (nuevamente las prisas) el “peculio adelantado” con creces seguramente, sin importarles lo más mínimo que al exponerte a tanto “trajín” horas antes de una fecha decisiva en tu carrera, pueda acabar –por mor de esos imponderables que el caprichoso destino depara a veces por forzarle – en un “pis pás” con el diamante que para ellos en este momento representas.
Cualquier golpecito, pisotón o cornada (que también es posible), puede acabar con la actuación puntual ( y por ende clave) para tu futuro taurino.
No me vale esa frase tan manida de: “hay que estar en novillero” refiriéndose a que hay que arriesgar al máximo, en vez de inculcar el arte y las cosas tranquilas y bien hechas. ¡¡Cuantos se han quedado en la “estacada” por cornada intempestiva de becerra cuasi afeitada que impidió la actuación en el día H!!.
Señores “ponedores” ( ansiosos de proyección social) y “merodeadores” (que viven de asesorar a los anteriores), ¿por qué no leen un poco la vida de los antiguos matadores para ver como se iban curtiendo en su oficio a lo largo de años de observación y aprendizaje a la vera de maestros consagrados, por expertos, hasta que consideraban que el alumno estaba preparado para concederle el honor de estoquear un toro como medio espada?.
Lo mismito que ahora, en que el aprendizaje se ha convertido en una especie de “lucha sin cuartel” por ver quien llega antes a la alternativa, sin recapacitar en que una “portagayola” o presentación precipitada en plaza importante, pueda dar “al traste” con ilusiones, la mayor parte de las veces, concebidas sobre “nubes de humo”.
Un consejo de persona mayor, ¡vayan despacito!, que el toreo no quiere prisas, sino regularidad sin pausas. Y llévenlo a la práctica ustedes que son los que programan el chip del neófito torero, Hagan caso al “Faraón de Camas” quien no se cansaba de repetir lo de: “en la vida es necesario ir despacito hasta para sembrar melones y limpiar las vacas….” Luego, ¿Cómo no se va a ir despacio para torear?. Si la ¡lentitud y la cadencia son los pilares del arte!.
Por precipitarse a veces no se caza, ya que la “presa puede levantar el vuelo al avisarla” y; o bien “atorarse” y dejar mucho que desear en sus actuaciones, o “cambiar de asentamiento” cuando las loas dedicadas le han hecho “creerse un semidios” o finalmente perder la inconsciencia propiciada cuando ”la sangre del valiente sale en cantidad por las heridas y se queda con la de los cobardes” como alguien dijo.
Consecuencia: que se perdió el diamante sin llegar a convertirse (mediante tallado y pulido) en brillante que es el sueño de todo apoderado. Pero… ¡Qué más da!, si hay muchos chavales en las escuelas taurinas que “apuntan cositas” y están dispuestos (contando con la aquiescencia de sus padres) a “jugársela” con tal de ser figura en esto que llamamos toreo.